El modelo predominante de la movilidad en general está caracterizado por el uso individual e indiscriminado del coche particular que provoca, entre otros impactos, altos niveles de contaminación atmosférica y acústica, además de un cada vez más preocupante empleo del suelo generado tanto por los vehículos como por las infraestructuras que estos requieren (vías, aparcamientos...).
En la UdG la movilidad, tanto la cotidiana para acceder a los campus, como la movilidad profesional (actos, congresos, reuniones, etc.) es una de las problemáticas ambientales de primer orden y que requiere un alto nivel de concienciación y participación por parte de toda la comunidad universitaria.